En medio de esta cuarentena surreal, y que tiene aislado a casi todo el planeta, llegó a mis oídos (ojos, en realidad), la recomendación del libro "La peste" de Albert Camus. Según quién lo sugería, el escritor y crítico Rafael Narbona, era un libro que nos ayudaría a comprender el proceso que se vive en una epidemia y no solo desde el punto de vista individual, sino también colectivo.
Así fue que elegí a Camus para acompañar este exilio, que resulta ser dentro de uno mismo. Sin embargo, cuando el libro llegó a mis manos, un ligero sentimiento de cobardía me atrapó por un momento y dudé en leerlo... tenía cierto temor a instalarme en otra catástrofe, si acaso la que estamos viviendo lo es ya y no fuera suficiente. Finalmente, lo leí. Quizá, porque necesitaba que alguien le ponga nombre a nuestras emociones en medio de un embate como este, y Camus lo hizo en una cronología impecable.
La peste fue publicada en 1947. Narra la historia de Orán, (Argelia) una ciudad sumida en una tediosa y casi infinita cuarentena a causa de la epidemia de peste. Allí, sus ciudadanos hasta ese momento indiferentes, sus autoridades y sus médicos se verán obligados a hacer frente a un enemigo que llega a romper rutinas, normalidades y trivialidades.
La obra es más ficticia que real. Porque si bien Orán existe y fue golpeada por varias epidemias, como la peste negra, el cólera u otras, ninguna de la magnitud de la novela ocurrió en el siglo XX, data en el la que se sitúa el libro. ¿Pero cómo pudo Camus imaginar un dolor tal a una epidemia y narrarlo como si lo hubiese vivido? Pues esta fue la forma en que el autor, que era además filósofo, intentó explicar con un ejemplo claro su teoría del absurdo, (capítulo aparte). Por otra parte, escribió este libro durante la segunda guerra mundial... Así que el escenario de sufrimiento, lo tenía.
En cuanto a la epedimia, los seres de Orán, retratados por el autor, resultaron ser iguales a los italianos hoy, a los americanos o a los bolivianos. Prueba irrefutable de que ante el dolor se revela nuestra naturaleza humana que es siempre la misma.
¿Quién de nosotros, por ejemplo, no se ha visto trazando un plan para "cuando termine la cuarentena" o tal vez más optimista, para cuándo termine la pandemia?, ¿quién no ha encontrado algún aspecto en esta crisis, para reírse apelado a un mecanismo de defensa tan humano como es el humor, para resistir el estrés?, ¿quién no se ha visto "matando" el aburrimiento con cualquier paliativo "para no pensar"? O, por último, ¿quién no se ha desconectado de las noticias porque "ya no quiere saber"?
Agotados todos los recursos que nos llevan a la abstracción, ¿quién en algún momento no se vio invadido por el miedo, la incertidumbre y después de todo... la soledad? Porque es cierto que ahora estamos con nuestras familias, más que nunca, pero enfrentar este proceso será muy personal e íntimo... Como bien dice el autor, a quien me permito parafrasear: Si bien el virus no está en el cuerpo de todos, sí se ha instalado en todos los corazones, y a todos hiere de una u otra forma.
La peste es un libro que vale la pena leer. Es una obra conmovedora que además de poner al frente nuestras reacciones ante el caos, también nos muestra la capacidad que tienen los seres humanos de trabajar en equipo, por más que parezca que nada se logre... nos cuestiona como sociedad en nuestra escala de valores y nos pone a meditar respecto a nosotros mismos ante el tiempo.
Si hubiese leído este libro en otro contexto, lo habría hecho con los ojos de quién lee ficción o con el corazón de quién lee una parte de historia. En realidad lo leí casi con dolor, pero también con esperanza. Con la esperanza de que por muy desgarradora que sea una historia, llega el día en que sin darte cuenta, empiezas a contarla en tiempo pasado.
Albert Camus fue filósofo, periodista y escritor. Publicó dos novelas a lo largo de su vida "El extranjero" en 1942 y "La peste" en 1947. Además, escribió un sinnúmero de ensayos, obras de teatro y cuentos. En 1957 recibió el premio Nobel de Literatura. Murió en un accidente automovilístico en 1960. Revivió en miles de hogares en 2020.
Claudia Campanini.
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