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martes, 18 de febrero de 2020

La tregua



Permítanme, antes de empezar a hablar sobre el contenido de esta obra, contarles sobre un pequeño pendiente que tenía con ella. "La tregua" la leí tres veces, y no por fanatismo. La vi por primera vez en la Feria del libro de La Paz, quizá el año 2013... Leí la sinopsis en la contratapa y me interesó. Sin embargo, aún no había llegado el hermoso mensaje que todo empleado espera: "¡Ya depositaron!" Por lo tanto, mi amor a primera vista por "La tregua" no pudo ser.

Felizmente, a mi pobreza le quedaban pocos días. Así que cuando recibí el hermoso mensaje que confirma la transacción más importante del mes, me fui directito en pos de mi libro. Para mi desilusión se había terminado... Tuve que esperar seis meses, si mal no recuerdo, para adquirir finalmente un ejemplar. Entonces entré en aquella historia, cuyo argumento es el siguiente: Martín Santomé, un hombre de 49 años, contador, viudo y padre escribe un diario... Le pasa de todo y en realidad no le pasa nada (hasta que...). La magia de ficcionar con la cotidianeidad fue el punto alto de Mario Benedetti en esta obra.


La historia se cuenta en un año. Santomé empieza a escribir su diario un lunes 11 de febrero (de 1958) con la frase: "Sólo me faltan seis meses y veintiocho días para estar en condiciones de jubilarme". El diario queda concluido el 28 de febrero del año siguiente (el personaje no escribe todos los días).

Cuando me encontraba de lo más enganchada en la obra, ese 2013, olvidé el libro en un trufi que me conducía de la casa al trabajo. Se me partió el corazón, porque realmente en Bolivia comprar libros es muy difícil... A propósito... ¡es muy injusto que comprar libros en Bolivia sea tan difícil y caro! (bueno, al menos así era, espero que la cosa haya mejorado).

En 2016 dejé de trabajar y llegué al temido ocio del que justamente habla el autor en esta obra. Cuando se rompe un ritmo tan intenso de trabajo, creo que algo se rompe dentro de uno mismo... pero en fin. Supe que era el momento de reencontrarme con la novela y comencé la cacería de nuevo. Esta vez conseguirlo no me tomó más de un mes. Lo leí desde el principio, pensé que me cortaría la magia llegar a la mitad directamente, no fue tedioso... leer a Benedetti es siempre interesante. Me encontraba ya en la narración de agosto y perdí mi libro en el vuelo más difícil de mi vida (en mi viaje migratorio de La Paz hacía Italia). Siempre fui muy despistada, ¿se nota?, pero mucho más en las condiciones de total emotividad en las que viajaba...

Hace algunos meses me compré el libro de nuevo. Aquí es mucho más fácil. Lo compras por Internet y está en tu puerta al día siguiente (no estoy presumiendo... es de nuevo un reclamo de que las cosas no funcionen así en mi país, ¿cuándo funcionará correctamente el correo?).

Lo empecé desde el principio y... ahora sí hasta el final.


La tregua es un libro de muy fácil lectura. Su autor, como dije antes, es el escritor uruguayo Mario Benedetti quien la publicó en 1960. Benedetti fue poeta y cuentista por excelencia, pero con este título se instaló  también en el género "novela". Aunque, aclaro que no fue su primera novela ni la última, pero quizá la que tuvo más trascendencia.

La obra cuenta una historia de amor. En medio de su rutinaria vida el protagonista se ve sacudido por la llegada de una mujer que moverá todas sus estructuras y pondrá una pausa a su quietud un tanto espantosa. Le faltan casi siete meses para jubilarse y antes de su eterno domingo llega esta joven que lo invita a renacer, esa es su tregua.


Si bien el amor es el tema principal de la obra hace también un importante recorrido por otros temas como la muerte, la felicidad, el tiempo, la sexualidad, la sociedad y la búsqueda de una fuerza superior.

El primer significado de la palabra "tregua" es "cese temporal de hostilidades". ¿Pero quién le da una tregua y de quién vienen las hostilidades? ¿Es acaso de Dios? Ese es quizá el trasfondo de toda la novela: la permanente controversia del protagonista con la imagen de Dios y la construcción o deconstrucción de su fe.

Con tantas obras que escribió Benedetti muy poco se le ha preguntado puntualmente sobre el proceso de creación de esta novela, o al menos muy poco ha quedado documentado. Queda sin embargo la entrevista concedida a María Esther Gilio para el semanario uruguayo "Brecha". El autor cuenta que Martín Santomé, el protagonista de su obra, fue un personaje inspirado en su jefe. Un hombre que pasaba por poco los 50 años: "En un momento, siendo yo oficial de contaduría, mi jefe, viudo desde hacía un tiempo -un tipo muy bien, muy macanudo y muy calmo-, empezó a comportarse con una alegría de vivir que en él era desconocida. Un día yo le digo "Pero don Diego, ¿qué le pasa que está tan bien últimamente? (...) Me dice 'Vamos al café, te voy a contar'. Fuimos. 'Estoy enamorado', me dice. 'Pero el problema es que esta muchacha tiene la mitad de mis años'".

Según cuenta el autor, escribió la novela cuando él tenía 25 años y trabajaba en una empresa de repuestos de autos. Le dio vida en cinco meses. Cada día, durante dos horas, en la que cualquier otro funcionario iba a casa, él se instalaba en una mesa del café Sorocabana. Desde esa mesa diseñó a sus personajes y se inspiró en el paisaje montevideano, siempre presente en la obra.


¡No puede ir así, Mario!

A través de sus personajes Benedetti se lanza a hacer monólogos en dos temas que quizá hoy los omitiría: uno, sobre la mujer, sus ciclos, su sexualidad, etc. y el otro sobre la homosexualidad. Pienso que los colectivos más radicales quemarían en la hoguera la obra de Benedetti si saldría hoy y si el hubiese abordado esos temas en esta época. No queda más que asumir que hace 60 años las visiones al respecto eran bastante cerradas. Así que... perdonenlo.

Mario Benedetti (1920-2009) publicó a lo largo de su vida más de 80 títulos entre poesías, cuentos y novelas. Además, escribió críticas y artículos periodísticos. Fue sin duda uno de los escritores más prolíficos de la historia latinoamericana.

Según parece, fue lo que en su país se diría "un buen tipo"... pronto a la respuesta y de sonrisa amable, rasgo que lo desmarcaba del estereotipo de los intelectuales de la época.


Un dato interesante sobre "La tregua", según una publicación de El Diario de España, es que cuando Benedetti la envió al primer editor éste le devolvió el manuscrito y al parecer ni siquiera lo había leído. Más tarde "La tregua" se convertiría en una obra editada 150 veces en varios idiomas y fue además adaptada a la pantalla grande. Es más, la película argentina "La Tregua" fue nominada al Oscar como "mejor película extranjera" en 1975.


Alerta spoiler (Hilando fino):

En realidad no es un spoiler, pero sí quiero hablar sobre el final de la obra... un final no escrito. En una reseña anterior sobre "La divina comedia" afirmé que más que ser una historia religiosa era, para mí, muy en el fondo una historia de amor. Con "La tregua", desde mi percepción, sucede lo contrario, parece ser una historia de amor... pero allí en el fondo el eje es la búsqueda de Dios. Martín tiene un importante conflicto con su falta de fe. Si bien en la novela Benedetti pone sus conclusiones sobre Dios al final de la obra, su búsqueda terminó muchos años después (y ya hablo de la vida real, no de la obra) cuando Benedetti afirma que fue por muchos años agnóstico, pero que finalmente se declaraba ateo. Por lo tanto... me animo a decir que el final no registrado de "La tregua" es ese y para serlo acaba (de nuevo) en tragedia. No porque esté mal no creer en Dios, allá cada uno con sus credos o no credos, si se quiere... Sino porque evidentemente fue una búsqueda frustrada para el autor.


Claudia Campanini 

4 comentarios:

  1. Una persona sin fe (un racionalista moderno) me pregunto si tiene el "problema" de Dios.
    Me pregunto también sobre esa insistencia en extraviar el libro 😶
    Lo demás lo leeré con calma, quizá la tregua es con la pasión que se le recrudece y con una mujer mucho menor

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    1. Alguna expresión del incosciente, diría el psicoanálisis. Disculpa, me gustaría saber tu nombre. ¡Gracias por visitarme!

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  2. Comparto contigo, el hallar o comprar libros "interesantes" en Bolivia, es una pena.

    Y también tuve un viaje muy difícil y doloroso al migrar por un tiempo, a nadie se lo recomiendo, ya que el sufrimiento no sólo es mío, sino de la familia que queda.

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    Respuestas
    1. Exactamente... También lo viví así, Ariel 😢

      Gracias por leer.

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