Tiene muchos elementos autobiográficos y estoy segura que quien la lea verá reflejada su niñez en alguna parte de la narración. La riqueza de esta obra está, entre otros aspectos, en que es contada por una niña. La autora se hizo niña de nuevo para escribirla.
Este es uno de esos libros que «agarran» y uno podría leerlo en pocos días a pesar de sus 281 páginas; pero no fue tan rápido ni llano el proceso de su creación.
Lee tomó dos años y medio para lograr su obra. Tal sería su frustración y cansancio en cierto punto de su proceso creativo, que según la revista "Nacional endowment for the arts" arrojó todo el manuscrito por la ventana, pero el documento fue rescatado gracias a su editor.
No sé imaginaria Lee que su obra lograría el premio Pulitzer en 1963 ni que se adaptase a la pantalla grande con tal éxito que obtuvo cinco nominaciones a los premios Oscar y ganó tres. También fue merecedora de tres Globos de Oro.
El libro que te envuelve de infancia toca, sin embargo, dos temas socialmente fuertes y sensibles: la segregación y el abuso sexual.
Seguramente en tiempos actuales un libro así generaría mucho más que polémica y más de un sector alzaría el grito al cielo tratando de censurarlo. En su tiempo fue, sin embargo, reinvindicativo.
Harper Lee nació en 1926 y nos dejó hace poquito, (febrero de 2016), quizá la escritura de este libro la marcó profundamente pues no volvió a escribir en 55 años.
«Matar un ruiseñor» es un libro maravilloso, impredecible (salvo por un par de aspectos), pero es en general una obra impecable. No por nada críticos británicos la incluyeron en la lista de los libros que toda persona debe leer antes de morir.
Este será uno de esos libros que guardaré dentro de mi memoria por muchos años. Sin duda, uno de mis favoritos.
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