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viernes, 27 de marzo de 2020

La peste

En medio de esta cuarentena surreal, y que tiene aislado a casi todo el planeta, llegó a mis oídos (ojos, en realidad), la recomendación del libro "La peste" de Albert Camus. Según quién lo sugería, el escritor y crítico Rafael Narbona, era un libro que nos ayudaría a comprender el proceso que se vive en una epidemia y no solo desde el punto de vista individual, sino también colectivo.


Así fue que elegí a Camus para acompañar este exilio, que resulta ser dentro de uno mismo. Sin embargo, cuando el libro llegó a mis manos, un ligero sentimiento de cobardía me atrapó por un momento y dudé en leerlo... tenía cierto temor a instalarme en otra catástrofe, si acaso la que estamos viviendo lo es ya y no fuera suficiente. Finalmente, lo leí. Quizá, porque necesitaba que alguien le ponga nombre a nuestras emociones en medio de un embate como este, y Camus lo hizo en una cronología impecable.


La peste fue publicada en 1947. Narra la historia de Orán, (Argelia) una ciudad sumida en una tediosa y casi infinita cuarentena a causa de la epidemia de peste. Allí, sus ciudadanos hasta ese momento indiferentes, sus autoridades y sus médicos se verán obligados a hacer frente a un enemigo que llega a romper rutinas, normalidades y trivialidades.


La obra es más ficticia que real. Porque si bien Orán existe y fue golpeada por varias epidemias, como la peste negra, el cólera u otras, ninguna de la magnitud de la novela ocurrió en el siglo XX, data en el la que se sitúa el libro. ¿Pero cómo pudo Camus imaginar un dolor tal a una epidemia y narrarlo como si lo hubiese vivido? Pues esta fue la forma en que el autor, que era además filósofo, intentó explicar con un ejemplo claro su teoría del absurdo, (capítulo aparte). Por otra parte, escribió este libro durante la segunda guerra mundial... Así que el escenario de sufrimiento, lo tenía.

En cuanto a la epedimia, los seres de Orán, retratados por el autor, resultaron ser iguales a los italianos hoy, a los americanos o a los bolivianos. Prueba irrefutable de que ante el dolor se revela nuestra naturaleza humana que es siempre la misma.

¿Quién de nosotros, por ejemplo, no se ha visto trazando un plan para "cuando termine la cuarentena" o tal vez más optimista, para cuándo termine la pandemia?, ¿quién no ha encontrado algún aspecto en esta crisis, para reírse apelado a un mecanismo de defensa tan humano como es el humor, para resistir el estrés?, ¿quién no se ha visto "matando" el aburrimiento con cualquier paliativo "para no pensar"? O, por último, ¿quién no se ha desconectado de las noticias porque "ya no quiere saber"?

Agotados todos los recursos que nos llevan a la abstracción, ¿quién en algún momento no se vio invadido por el miedo, la incertidumbre y después de todo... la soledad? Porque es cierto que ahora estamos con nuestras familias, más que nunca, pero enfrentar este proceso será muy personal e íntimo... Como bien dice el autor, a quien me permito parafrasear: Si bien el virus no está en el cuerpo de todos, sí se ha instalado en todos los corazones, y a todos hiere de una u otra forma.

La peste es un libro que vale la pena leer. Es una obra conmovedora que además de poner al frente nuestras reacciones ante el caos, también nos muestra la capacidad que tienen los seres humanos de trabajar en equipo, por más que parezca que nada se logre... nos cuestiona como sociedad en nuestra escala de valores y nos pone a meditar respecto a nosotros mismos ante el tiempo.

Si hubiese leído este libro en otro contexto, lo habría hecho con los ojos de quién lee ficción o con el corazón de quién lee una parte de historia. En realidad lo leí casi con dolor, pero también con esperanza. Con la esperanza de que por muy desgarradora que sea una historia, llega el día en que sin darte cuenta, empiezas a contarla en tiempo pasado.

Albert Camus fue filósofo, periodista y escritor. Publicó dos novelas a lo largo de su vida "El extranjero" en 1942 y "La peste" en 1947. Además, escribió un sinnúmero de ensayos, obras de teatro y cuentos. En 1957 recibió el premio Nobel de Literatura. Murió en un accidente automovilístico en 1960. Revivió en miles de hogares en 2020.


Claudia Campanini.

miércoles, 18 de marzo de 2020

Cien años de soledad



Es muy probable que de "Cien años de soledad" se escuchen dos opiniones completamente opuestas. Están los que dicen que es una obra insufrible... pesada; y al otro lado, los que dicen que es una obra magistral. Y allí estará uno... al medio de estas dos demoledoras y contrarias opiniones, hasta que se anime a entrar a Macondo y formar su propio concepto.

Debo confesar que nunca empecé un libro más estresada, predispuesta a la dificultad y hasta al aburrimiento, como lo hice con este. Pero ahí estaba yo, con la misma estoicidad que el coronel Aureliano Buendía ante el pelotón de fusilamiento. Así me enfrenté a las casi 500 páginas y todo un centenario creado por Gabriel García Márquez.  Sin embargo, fue un viaje agradable, a momentos perturbador y a momentos asombroso. Eso sí... me gustaría, lo imposible, preguntarle a García Márquez un par de cosas que, o los periodistas de su época no se animaron, o pasaron por alto. 


La obra inicia cuando "el mundo era reciente y muchas cosas carecían de nombre", aunque lo era quizá para el lugar, pues la historia estaría ubicada cronológicamente en el siglo XIX. Se desarrolla en Macondo, un pueblo fundado por los Buendía, pero inventado por el autor, seguramente en América Latina. La historia va desde la creación del Pueblo: el descubrimiento del mundo, de sus objetos, sus creencias, la implementación de sus tradiciones; pasará por la llegada del poder del Estado y sus consecuencias: política, Iglesia, guerras y capital; y hasta su decadencia. 


El nombre original que Gabriel García Márquez había pensado para su obra era: "La Casa", porque si bien Macondo es importante, los protagonistas son los Buendía, una pareja de primos que inicia toda una estirpe donde abundará el incesto, el amor, el desamor, la muerte, pero sobre todo la soledad. 


Uno de los aspectos más curiosos de la obra, y posiblemente principal motivo de deserción de sus lectores, es la cantidad de personajes con el mismo nombre. Está por ejemplo José Arcadio, Arcadio, Arcadio Segundo, y así... cinco Arcadios en total... 


Por si fuera poco, está Aureliano, José Aureliano, Aureliano Segundo y 17 Aurelianos, hijos del coronel. Hacen un total de 22.


La redacción de la obra le tomó a García Márquez 18 meses. Un año y medio en los que él y su esposa tuvieron que empeñar prácticamente todo para sobrevivir, porque Gabriel había decidido trabajar tiempo completo en escribir y pulir su cuarta novela. Una vez que la terminó, no solo había acumulado cientos de páginas manuscritas, sino también meses de alquiler impagos, deudas y la paciencia de su mujer muy cerca del colapso.


La obra fue publicada en 1967, el 5 de junio cumplirá 53 años. Fue traducida a 35 lenguas y se vendieron 30 millones de ejemplares en todo el mundo. Encabeza las listas de lecturas indispensables y de las grandes obras de la literatura universal. Fue declarada por la crítica como la obra maestra de Gabriel García Márquez. Sin embargo, el autor declaró que su predilecta fue "El amor en los tiempos del cólera". 

Gabriel García Márquez nació el 6 de marzo de 1927 en Aracataca, Colombia, y murió el 17 de abril de 2014, en la ciudad de México. Fue escritor, periodista y guionista. En 1982 ganó el Premio Nobel de Literatura.


Entrevistar a García Márquez no debió ser fácil, y como periodista era seguramente muy simple caer en el papel de subalterno que podría imponer, sin quererlo, tremenda inminencia... Quizá por ello no hubo periodista (y si lo hubo no lo encontré) que le pregunté: 

"Gabriel, si yo fuese escritor no se me hubiese ocurrido jamás que un hombre hecho, y seguramente no tan derecho, se enamore de una niña de nueve años... ¿Cómo se le ocurrió esto a usted? ¿No cree que tocó el peligroso terreno de la pedofilia?".

Yo ya creé mi propio concepto respecto a la obra y ahora me encuentro allí en medio de mis dos demoledoras y contrarias opiniones. Cien años de soledad es, por un lado, una obra magistralmente escrita y por otro, es una obra que transgrede más de la cuenta... casi, casi hasta herir. Me refiero a la seducción de menores, que sucede hasta tres veces en la obra. Un factor que solo señaló una iglesia Rusa y una que otra feminista., pero que la crítica literaria ha ignorado.


Claudia Campanini 

Cometas en el cielo

«Afganistán, un lugar. Un lugar en alguna parte del mundo. Algo terrible pasa ahí. Y pasa desde hace mucho tiempo, ¿no?».  IMAGEN: AMBER CLA...