La existencia de Amado Nervo me ha llevado muchas veces a la reflexión a la empatía y por qué no, a la tristeza.
Uno de sus poemas que más me ha impresionado es "A Kempis", en sus versos culpa al autor de un libro por marcarle negativamente la vida con su texto.
Se trataba del libro religioso "Imitación de Cristo" de Thomas A Kempis. La obra mítica instaba a vivir una vida lo más parecida a la que tuvo Cristo. Al parecer, la mente de Nervo no logró asimilar el contenido como quizá lo pudo haber hecho cualquier otro cristiano... El poeta en cambio se declaró enfermo luego de haberlo leído.
Sospecho (y estás son solo conjeturas mías apoyadas en su obra) que Nervo desarrolló desde entonces un trastorno religioso conocido como "escrupolisidad" y se registra hoy como la preocupación excesiva por no cumplir a cabalidad ciertos parámetros cristianos como buscar vivir en "santidad" y oración, por ejemplo; además, se manifiesta también con un gran miedo por el fin y por lo eterno. Para el poeta fue, seguramente, desgastante el imposible reto de vivir como Cristo y esa imposibilidad, que tal vez se le tradujo en culpa y angustia, lo llevo a escribir uno de sus más célebres poemas:
"A Kempis".
"Ha muchos años que busco el yermo,
ha muchos años que vivo triste,
ha muchos años que estoy enfermo,
¡y es por el libro que tú escribiste!
¡Oh Kempis, antes de leerte amaba
la luz, las Vegas, el mar Océano;
mas tú dijiste que todo acaba,
que todo muere, que todo es vano!
Antes, llevado de mis antojos,
besé los labios que al beso invitan,
las rubias trenzas, los grandes ojos,
¡sin acordarme que se marchitan!
Mas como afirman doctores graves,
que tú, maestro, citas y nombras,
que el hombre pasa como las naves,
como las nubes, como las sombras...
huyo de todo terreno lazo,
ningún cariño mi mente alegra,
y con tu libro bajo del brazo
voy recorriendo la noche negra...
¡Oh Kempis, Kempis, asceta yermo,
pálido asceta, qué mal me hiciste!
¡Ha muchos años que estoy enfermo,
y es por el libro que tú escribiste!".
Entre otros eventos traumáticos Nervo quedó huérfano de padre a los nueve años y fue enviado a un internado católico, tiempo más tarde su hermano Luis se suicidó. Ya en la adultez, tras diez años de amor con Ana Cecilia Luisa Dailliez quedó viudo sin poder reponerse del golpe. A su esposa muerta, por fiebre tifoidea, le dedicó "la amada inmóvil" y "mi secreto", entre otros:
"¿Mi secreto? ¡Es tan triste! Estoy perdido
de amores por un ser desaparecido,
por un alma liberta,
que diez años fue mía, y que se ha ido...
¿Mi secreto? Te lo diré al oído:
¡Estoy enamorado de una muerta!"
Casi al prematuro final de su vida Nervo firmó la paz con una existencia, que quizá nunca logró comprender, y le regaló al mundo su poema más popularizado:
En Paz:
"Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, no me debes nada! ¡Vida, estamos en paz!".
Orfandad, religión y muerte hirieron profundamente a Nervo y aquellos dolores tan grandes para él han significado para nosotros, sus lectores, una gran obra.
Nervo Nació un día como hoy, 27 de agosto de 1870 en México y murió a los 49 años en Montevideo por una enfermedad renal. Fue escritor, diplomático y periodista.
Claudia Campanini.
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