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miércoles, 29 de junio de 2022

Fausto

Fausto, la obra más importante de Johann Wolfgang Von Goethe, fue el producto de casi toda una vida de creación y escritura para el autor. Goethe empezó a gestar su drama en 1772 (cuando tenía 23 años); publicó la primera parte en 1808 (a los 36 años) y concluyó la segunda parte a los 83. De hecho, esa segunda parte (hoy incluida en el libro) fue publicada de manera póstuma. 

Evidentemente esa distancia temporal es bastante clara en el estilo del autor. La primera y la segunda parte de Fausto poco tienen que ver entre sí. 

Es un libro difícil. Mucho más ligero en su primera parte, que tiene dos ejes importantes: el trato del protagonista con el mal, punto desde donde parte todo el drama, y su romance con Margarita.

La segunda parte es mucho más compleja, se aleja del romance y se acerca mucho más a la mitología para explicar al hombre. Abundan en esta parte de la obra de Goethe seres mágicos como sirenas, ninfas, ángeles y demonios. Margarita aparece una sola vez. 

Sin embargo, más allá de la dificultad de este libro, es posible disfrutarlo y es posible si el lector le presta los cinco sentidos a cada palabra del autor. 

La característica de Fausto es que es presentada como una extensa poesía y para leer poesía no basta con atender todo un párrafo conjunto, sino que la poesía exige la comprensión de cada palabra y quizá por eso es un libro que demanda a un lector activo. Detalle no inadvertido para Goethe que sentencia en esta misma obra:

«No todos los oídos son sensibles a cada una de las palabras». Con ello el autor parece decir que estaba al tanto de que su obra no era para todos, sino para públicos con cierta sensibilidad ante (precisamente) la palabra. 


Una musa apagada: 

Entre el Goethe que escribió la primera parte de su Fausto y el que escribió la segunda hay, según se entiende, una pérdida muy seria (o muchas) en su vida. Así lo hace saber en una de las introducciones mejor logradas que pude leer: 

«Me traéis imágenes de días felices, y algunas sombras queridas se alzan. Como a una vieja leyenda casi olvidada, os acompañan el primer amor y la amistad; el dolor se renueva; la queja vuelve a emprender el errático y laberíntico camino de la vida y pronuncia el nombre de aquellas nobles personas que, engañadas por la esperanza de días de felicidad, han desaparecido antes que yo.

Las almas a las que canté por primera vez ya no escucharán estos cantos (...)».

Lo cierto es que para leer a Goethe hay que tener cierta disposición, silencio en la casa y apertura en la mente. 

Johann Wolfgang Von Goethe nació en Frankfurt, Alemania, el 28 de agosto de 1749. Fue poeta, dramaturgo, historiador, científico y político. Goethe es para la cultura alemana lo que Alighieri lo es para la italiana o Cervantes para la hispana, es decir, es una pieza fundamental en la lengua y el conocimiento de su pueblo y por lo tanto, inevitable en la literatura universal. Goethe Murió el 22 de marzo de 1832.

«Eres, al fin y al cabo, lo que eres. Aunque te pongas una peluca con miles de rizos, aunque te pongas tacones de un codo de altura, seguirás siendo lo que eres».

Goethe. 

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«Afganistán, un lugar. Un lugar en alguna parte del mundo. Algo terrible pasa ahí. Y pasa desde hace mucho tiempo, ¿no?».  IMAGEN: AMBER CLA...